miércoles, 8 de noviembre de 2017

EJERCICIO 6: Discovery Macho.

Antes de dar la consigna, voy a transcribir el párrafo de un documental que encontré en Youtube y que es ejemplo de los millones de documentales que existen sobre lo que se conoce como "vida animal". Las frases remarcadas darán inmediatamente una idea de lo que significa contar la vida desde la misoginia y los privilegios de varones cis, sugiriendo comportamientos humanos en animales, de quienes sólo se sabe lo que se "observa".
La observación parte de nuestra subjetividad. Si esa subjetividad es machista el resultado será algo como esto: una voz que narra suposiciones acerca de si lxs bichxs agotan los recursos naturales, prosperan, tienen la intención innegable de cuidar crías de una manera idéntica a como lo hacen lxs humanos o su muerte es provocada por mero accidente. Para no hablar de supremacías y harenes.

“Los primeros mamíferos evolucionaron sobre la tierra pero después de la era de los dinosaurios surgió una gran variedad de nuevos mamíferos, presionando aún más a los recursos naturales. Unas cuantas especies desarrollaron miembros, los cuales les ayudaron a merodear en el mar. Algunos prosperaron. De ellos, los descendientes con patas en forma de aleta como el oso marino austral se convirtieron en cazadores estrictamente marinos.
Los osos marinos aún regresan a las costas al principio de la primavera para que nazcan sus crías, cuidar a los recién nacidos y volver a aparearse. Los pocos meses en tierra pueden ser peligrosos, especialmente para los cachorros. Los cachorros son fuertes pero en cada temporada de cría muchos de ellos mueren accidentalmente aplastados por los pesados adultos
Los machos están bien protegidos, rellenos de cientos de kilos de grasa. Resisten muchos golpes, aunque las amenazas y las posturas suelen ser una prueba de fuerza para establecer la supremacía. Si cada reto terminara en combate les quedaría muy poca fuerza para cumplir la meta final: aparearse con la mayor cantidad de hembras posible. Algunas veces un macho retador, llega a ignorar todas las advertencias que se le dan. Entonces comienza una sangrienta batalla, hasta que uno de los machos se retira.
El ganador se lleva todo. Mientras más grasa haya acumulado, podrá mantener el harem por más tiempo pues la vigilancia que realiza sobre otros machos le deja poco tiempo para cazar.”


Si no se cansaron de leer esta porquería, lxs invito a pensar en un cuento que use este mismo lenguaje supuestamente "objetivo" y desde sus subjetividades feminazis, inventen un cuentito breve sobre la vida de algún macho o grupo de machos que conozcan. Todxs tenemos un macho en nuestras vidas, lamentablemente. Cuéntenmelo como si fueran el Discovery Channel.
¡Y no se olviden de las 20 palabras de siempre!

Fuente: “Hunters”, documental sobre predadores marinos.
Youtube.com

EJERCICIO 5: Fue viernes y tu cuerpx pasó por bocha de momentos

Este ejercicio sirve para reflexionar sobre cómo el lenguaje nos compone en lo cotidiano, qué somos capaces de nombrar sobre lo que hacemos, qué y cómo nos narramos.
Concentrarse en el transcurso de este día que vivieron, desde que despertaron hasta ahora, y escribir como mínimo 10 palabras o frases breves que hayan sido importantes o se hayan destacado por sobre otras.  Pueden tener que ver con lo que vistieron, lo que comieron, lo que vieron, lo que sintieron, con una persona que hayan visto, sea que la conozcan o no, lo que alguien les haya dicho, una noticia en algún medio, un cartel, una palabra que inventaron, puede ser en otro idioma. Cualquier palabra o frase breve que componga un momento que se destaque por sobre los demás o que les venga más fácil a la memoria.
Después reflexionar sobre qué significa un hecho sobrenatural para nosotrxs. ¿Qué es lo más extraño que pensamos que puede ocurrir? ¿Fantasmas? ¿OVNIS? ¿Hombres feministos?
A partir de ahí, pensar en ese momento o esa palabra de nuestro día que descubrimos al principio del ejercicio y escribir un relato breve (en lo posible no más de dos páginas) que contenga una idea fantástica, sobrenatural, o un elemento ajeno a lo cotidiano. Como fantasmas, OVNIS o feministOs.
¡Suerte!
                                

EJERCICIO 4: ¿Y si Raquel viene con su propia barra?

Primero que nada, siempre recordemos las 20 o más palabras que nos salgan de la cabeza antes de ponernos de lleno en el ejercicio.
Luego:

1-Elegir una canción con letra misógina.
2-Señalar las líneas que expresan pensamientos machistas y escribirlos, nombrándolos específicamente (acoso, violencia verbal o física, cosificación, tergiversación, estereotipos de género, etc.)
3-Hacer una lista con las palabras que se destaquen o te parezcan más importantes de la canción.
5-Tomar la línea más representativa de la canción.
4-Escribir un relato donde la mujer o identidad disidente a la que se alude en la letra (ya sea que se lx nombre directamente o se hable indirectamente de ellx) revierta la situación y ponga al macho en el lugar que se merece. Utilizar las palabras que hayamos destacado de la letra, y, de ser posible, la línea que nos haya parecido más representativa.

Ejemplo de canción misógina que trabajamos en el taller: “Vení, Raquel”, de los Auténticos Decadentes.

BASE DEL EJERCICIO:

¿Qué haría Raquel si pudiese defenderse? ¿Qué ocurriría si Raquel también llama a su “barra de amigxs”?
Leamos la letra y pensémoslo:

Vení Raquel (Los auténticos -machos- decadentes)

Ay cuando la conocí a Raquel,
se zarandeaba provocativa.
Para mirarla de atrás,
se daba vuelta toda la esquina.
Yo la quería encarar,
ay, pero solo no me animaba.
Fui hasta el café,
busqué a mis amigos y...
la encaramos en barra.
Vení Raquel, vení con los muchachos,
Vení Raquel, te vas a divertir,
Vení Raquel, vení no tengas miedo,
Vení Raquel, que vas a ser feliz,
Vení Raquel, vení con los muchachos,
ay, que te vas, te vas a divertir.
Ay cuando la conocí a Raquel,
se me ponía la piel de gallina.
Para mirarla de atrás,
se daba vuelta a toda la esquina.
Yo la quería encarar,
ay, pero solo no me animaba.
Fuí hasta el café,
busqué a mis amigos y...
la encaramos en barra.
Vení Raquel, vení con los muchachos,
Vení Raquel, te vas a divertir,
Vení Raquel, vení no tengas miedo,
Vení Raquel, que vas a ser feliz,
Vení Raquel, vení con los muchachos,
ay, que te vas, te vas a divertir.

CONTAR SIN CONSENTIMIENTO

HABÍA UNA VEZ UNA FEMINANCY - II

El machismo es una experiencia que se cuenta a sí misma para existir. Se hace fuerte mediante relatos constantes que, entre otras cosas, desacreditan la identidad de cualquier persona que no se someta a su necesidad de control.
Lxs machistas fabrican la inadecuación a través de mentiras y juegos de palabras y luego responsabilizan de su inadecuación a las personas que acosan, forzándolas a una identidad y una existencia siempre en riesgo de ser negada.
Una manera machista de contar la realidad es calificar de mentira cualquier cosa que salga de boca de una mujer, cis, trans, lesbiana. Según el punto de vista macho, cualquiera que no se comporte también como un macho, es ambiguo, peligroso y manipulador. Se nos dice que la psicología o el carácter masculino es más básico: por ende, el “poder femenino” de armar un relato de la realidad es peligroso. La táctica del macho para controlar este “poder” será ponerlo en duda sutil o abiertamente, cada vez que se presente la ocasión.
A diario escuchamos machistas justificando chistes que no son otra cosa que violencia verbal, golpes, violaciones, subyugación doméstica, muertes por abortos clandestinos, femicidios, travesticidios, lesbicidios. Escuchamos relatos donde las identidades femeninas y no-heteronormadas se presentan como ajenas a lo cotidiano y terminan siendo misterios, fantasías. Nunca personas reales, con deseos reales, con dificultades reales,  que merezcan empatía, afecto o preocupación genuina. El relato machista despersonaliza para matar mejor.
El caso del lesbicidio de Pepa Gaitán es un ejemplo de cómo la mentira machista transforma la violencia del asesino en defensa propia, cuando nos dice que Pepa fue la violenta, la que amenazó su vida, la lesbiana malvada, la torta, la degenerada; que hubo una pelea previa a la muerte, cuando jamás existió pelea alguna.
Para contrarrestar el cuento macho de la mentira vamos a interrumpir el diálogo impuesto por una cultura que sigue ofreciendo personajes y formas de contar que anulan nuestra propia experiencia de vida. Escribirse y reescribir cuantas veces sea necesario, nuestra propia historia. Volver atrás, ir para adelante, buscar, construir y olvidarse de las toneladas de mierda contadas en nuestro nombre, sin consentimiento.



EJERCICIO 3: Había una vez una lesbiana

En este ejercicio reescribimos un cuento infantil. Tomamos, a elección, a Caperucita o Cenicienta y nos fijamos en elementos predominantes dentro del cuento (objetos, personajes) y luego colocamos a la heroína infantil, que nosostrxs podemos mantener en la infancia o convertir en adultx, en alguna de las siguientes situaciones en las que se podría desarrollar la ficción. La reescritura es el puntapié o la sugerencia, puede tratarse de una historia que no guarde ninguna relación con el cuento original, pero se pide que siempre se mencione al personaje por su nombre (ya sea Caperucita o Cenicienta), porque con sólo nombrar al personaje, evocamos el significado más potente del cuento infantil.

Situaciones posibles para desarrollar:

-Boxeadora
-Colectivera
-En la cárcel
-En el geriátrico
-En la guardia de un hospital
-En un grupo de guerrilla feminista
-Viviendo en la calle
-De madrugada en un colectivo con un pajero molestándola
-En un chat machista y anti aborto
-Huyendo de la policía
-En el baño de hombres
-En la ginecóloga
-Viajando por el cerebro de Tinelli
-En un planeta feminista
-Fisicoculturista y en una pelea cuerpo a cuerpo con un macho golpeador.
-Ayudando a una amiga con un padre pedófilo
-Huyendo de un ex violento


EJERCICIO 2: Viva la Pepa


En este segundo trabajo vamos a crear una realidad que anule el lesbicidio de la Pepa Gaitán. Se trata de escribir un cuento que empiece exactamente después del tiro. En el cuento, Pepa debe volver de la muerte. ¿De qué manera? De la manera en que lo imagines. Como espíritu, como zombie, o porque el tiro no llegó a matarla y despertó luego de un coma profundo. ¿Qué hará Pepa, vuelta a la vida? Eso lo decidís y lo desarrollás vos. Lo importante es que Pepa esté entre nosotras, como memoria pero también como posibilidad de creación.
Antes de empezar, recordar siempre escribir 20 o más palabras que nos gusten o convoquen cosas como disgusto, ansiedad, etc. 
Que lo disfruten y que viva la Pepa, por siempre.








EJERCICIO 1: La nube bajó y se convirtió en androide

Escribir palabras o frases sueltas es un ejercicio de desbloqueo y es conveniente realizarlo a diario. Escribir no es un acto de magia, es la consecuencia de estar existiendo. Estamos escribiendo constantemente por dentro, nuestra cabeza escribe órdenes y señales a nuestros órganos, las palabras son un lenguaje entre muchxs.
Este ejercicio sirve además para pensar en lo que nos gusta y disgusta y contemplar nuestros caminos de ficción mientras los andamos.
La cantidad de palabras (20) es una sugerencia, se puede mucho más.

A)

1-Escribí 20 palabras (sustantivos, adjetivos, verbos, nombres propios) que te gusten mucho, con las que te relaciones positivamente.

2-Elegí cinco de esas palabras y escribí una oración con cada una. En total, 5 oraciones. En cada oración debe haber una acción, algo concreto que acontezca.
Doy un ejemplo con “nube”, una palabra que a mí me gusta mucho. Mi oración sería:
“La nube bajó y se convirtió en androide”.

3-Por último, elegí una entre las 5 oraciones que escribiste y usala como la primera oración de un cuento breve, lo más breve que se pueda.

B)

En este caso, las palabras con las que vamos a trabajar, son palabras que nos disgusten, que impliquen un malestar, que nos generen un sentimiento creativo. Veinte palabras, cinco oraciones, un cuento breve.

lunes, 6 de noviembre de 2017

CONTAR UN CUENTO, CREAR UNA REALIDAD, MANDAR A LA MIERDA LA CULTURA MACHA

HABIA UNA VEZ UNA FEMINANCY - I

El lenguaje es un cuerpo en constante movimiento. Lo usamos para contarnos. Apenas nacemos, el lenguaje empieza a contarnos. Contarnos es crearnos. Por eso en este taller no pensamos que la ficción sea una realidad inventada. En este taller pensamos que contar un cuento es crear una realidad.
El cuerpo del lenguaje, igual que nuestrx propix cuerpx, nunca está quieto. Se modifica y nos modifica. Las palabras, lo que hablamos, lo que nos contamos a nosotrxs mismxs y a lxs otrxs, es un juego entre personas. Imponer una forma rígida de utilizar el lenguaje es detenerlo para ejercer control. La manera machista de usar el lenguaje es marcarnos como un territorio del otro. Eso empobrece nuestra capacidad de relatarnos, deteriora nuestra vida y nos suprime
El propósito de este taller es mover el lenguaje y mandar a la mierda la rigidez de la cultura machirula. Mover el lenguaje incluye todas las posibilidades que se nos ocurran de hacerlo más inclusivo. Palabras que nos entren a todas. Palabras propias. Cuentos propios.
En este taller el principal objetivo es entrar en ese juego del lenguaje que nunca se interrumpe. Creemos que cualquiera de nosotrxs es capaz de contar y contarse. Cualquiera de nosotrxs puede escribir un cuento y cualquiera puede también, escribir un libro. Porque el libro es un concepto, un objeto o un soporte pero nunca lo fundamental de un relato. La función del taller es otorgar las herramientas para aprovechar las posibilidades de juego del lenguaje y la legibilidad de lo escrito y destrabar la energía creativa.
¿Por qué nos cuesta escribir? Porque muchxs de nosotrxs tenemos miedo del juicio negativo de lxs demás y de nosotrxs mismos. Porque estamos acostumbradxs, muchas de nosotras a ser corregidxs -y a corregir. A ser combatidxs. A ser evaluadxs y evaluar según la vara que siempre sostiene una persona educada en la cultura machista de lo que es correcto, de lo que tiene buen gusto, de lo que es mediocre, de lo que es “malo”, de lo que es un “error”, de lo que está “completo”, de lo que está “incompleto”.
La experiencia de la escritura es muchas veces un ejercicio de poder negativo, que aleja el lenguaje de nosotrxs o lo pone en nuestra contra. Alejar el lenguaje, separarse del juego de contarnos es tener vergüenza de los propios pensamientos. Tener vergüenza de lo que pensamos es una manera de morir en vida. Frustrarnos por no poder contarnos, es seguir otorgándole el poder a la cultura machista, a la cultura de la violación, a la cultura capitalista de fabricar nuestra intimidad, nuestro deseo, nuestrx propix cuerpx. El lenguaje es nuestrx cuerpx. Es nuestra Lengua. Dejarlx en manos de los creativos del mercado misógino de valores es resignarse a que nuestrx cuerpx se borre en manos de una cultura asesina.
Este taller desea que lxs asistentes comprendan que lo único que lxs separa de la creatividad propia  es la vergüenza inculcada por la forma de contar culturalmente aceptada. Este taller quiere que lxs participantes hagan mierda la forma de contar culturalmente aceptada. Quiere que haya muchos cuentos. Quiere que haya tantos cuentos que no haya posibilidad alguna de ignorarnos, nunca más.
Este taller quiere que lxs asistentes disfruten trabajando en sus cuentos. Este taller no cree en la creatividad sufriente. Este taller piensa que las condiciones en las que vivimos –condiciones propiciadas por quienes se adueñaron del relato de nuestras vidas- son las que nos reducen a cuerpxs avergonzadxs, frustradxs y sufrientes. Y que nuestra creatividad es un camino y un arma para revertirlo. Mover el lenguaje, contar nuestrx cuerpx, contar para existir.